1. Recibí después una vara de medir semejante a un bastón, y me ordenaron:—Ve, toma las medidas del Templo de Dios y de su altar y cuenta el número de sus adoradores.
2. Pero no midas el patio exterior; déjalo aparte, porque ha sido entregado como botín a las naciones, que hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.
3. Será entonces cuando yo envíe a mis dos testigos, para que, austeramente vestidos, proclamen el mensaje profético de Dios durante mil doscientos sesenta días.