Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 2:5-14 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

5. Y si alguno ha sido causa de tristeza, lo ha sido no solo para mí, sino —en parte, al menos, para no exagerar— también para todos ustedes.

6. La mayoría de ustedes ya le ha impuesto un castigo que considero suficiente.

7. Lo que ahora procede es que le perdonen y lo animen, no sea que el exceso de tristeza lo empuje a la desesperación.

8. Por eso, les recomiendo que le den pruebas de amor.

9. Precisamente les escribí para comprobar si estaban dispuestos a obedecerme sin reservas.

10. A quien ustedes perdonaron, también yo le perdono; en realidad, lo que yo he perdonado —si algo he tenido que perdonar— lo he hecho por ustedes, y el mismo Cristo es testigo.

11. Hay que evitar que Satanás saque partido de esto, conociendo como conocemos sus ardides.

12. Me dirigí, pues, a Troas* para anunciar el mensaje de Cristo y, aunque se me ofrecía allí una magnífica oportunidad de trabajar por el Señor,

13. mi corazón estaba sobre ascuas al no encontrar allí a Tito*, mi hermano. Así que me despedí de ellos y salí para Macedonia.

14. Gracias sean dadas a Dios, que en todo momento nos asocia al cortejo triunfal de Cristo y que, valiéndose de nosotros, esparce por todas partes como suave aroma su conocimiento.

Leer capítulo completo 2 Corintios 2