Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 2:1-6 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

1. Decidí, pues, no causarles de nuevo tristeza con mi visita.

2. Porque si yo los entristezco, ¿quién podrá alegrarme a mí? ¡Tendría que ser el mismo a quien yo causé tristeza!

3. Por eso precisamente les escribí como lo hice; para que cuando vaya a visitarlos, no me causen tristeza los que deben ser fuente de gozo para mí. Tanto más cuanto que estoy convencido, en lo que a ustedes respecta, que mi alegría es también la de ustedes.

4. Les escribí, en efecto, bajo el peso de una inmensa congoja, con el corazón lleno de angustia y anegado en lágrimas. Pero no era mi intención entristecerlos; solo quería hacerles caer en la cuenta de que mi amor por ustedes no tiene límites.

5. Y si alguno ha sido causa de tristeza, lo ha sido no solo para mí, sino —en parte, al menos, para no exagerar— también para todos ustedes.

6. La mayoría de ustedes ya le ha impuesto un castigo que considero suficiente.

Leer capítulo completo 2 Corintios 2