Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 11:8-18 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. Para dedicarme al servicio de ustedes acepté subsidios de otras iglesias, y tuve la sensación de que las explotaba.

9. Pasé apuros estando entre ustedes, pero a nadie fui gravoso; los hermanos que vinieron de Macedonia proveyeron a mis necesidades. Y si en todo momento me preocupé de no serles gravoso, me seguiré preocupando.

10. Por Cristo, en quien creo, les aseguro que nadie en la provincia de Acaya me arrebatará este motivo de orgullo.

11. ¿Habré hecho esto porque no los quiero? ¡Bien sabe Dios cuánto los quiero!

12. Si actúo y seguiré actuando de este modo, es para desenmascarar a esos que presumen de ser como nosotros.

13. En realidad, esos tales son apóstoles falsos, obreros fraudulentos disfrazados de apóstoles de Cristo.

14. Y no hay que sorprenderse, pues si el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz,

15. es natural que quienes le sirven se disfracen de agentes de salvación. Pero tendrán el final que merecen sus acciones.

16. Lo repito: que nadie me considere insensato. Aunque, en todo caso, si me aceptan como tal, podré presumir un poco.

17. Y en esta cuestión de presumir, lo que voy a decir no es cosa del Señor, sino de uno que desvaría.

18. Puesto que son tantos los que presumen de glorias humanas, también yo lo haré.

Leer capítulo completo 2 Corintios 11