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1 Pedro 3:5-16 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

5. Así se engalanaban antaño aquellas santas mujeres que habían puesto su esperanza en Dios: mostrándose respetuosas con sus maridos.

6. Buen ejemplo el de Sara, que obedecía a Abrahán llamándole «señor»; ustedes serán hijas suyas, si hacen el bien sin dejarse intimidar por nada.

7. Igualmente ustedes, maridos, convivan con ellas sabiendo que la mujer es un ser más delicado que merece un honor especial y que ustedes han de heredar junto con ellas el don de la vida. De esta manera tendrán asegurado el éxito de sus oraciones.

8. En fin, tengan todos un mismo pensar, compartan penas y alegrías, pórtense fraternalmente, sean misericordiosos y sencillos.

9. No devuelvan mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario, bendigan, pues han sido llamados a heredar una bendición.

10. En efecto: Quien desee amar la vida y conocer días felices, debe guardar su lengua del mal, y sus labios de la falsedad.

11. Debe apartarse del mal y practicar el bien, debe buscar la paz y correr tras ella.

12. Pues los ojos del Señor se fijan en los buenos, y sus oídos atienden a sus ruegos. Rechaza, en cambio, el Señor a quienes practican el mal.

13. Y ¿quién podrá hacerles daño, si se entregan con ardor a la práctica del bien?

14. Pero, aun cuando tengan que sufrir por comportarse rectamente, ¡dichosos ustedes! No les tengan miedo ni se acobarden.

15. Glorifiquen* en sus corazones a Cristo, el Señor, estando dispuestos en todo momento a dar razón de su esperanza a cualquiera que les pida explicaciones. Pero, eso sí, háganlo con dulzura y respeto,

16. como quien tiene limpia la conciencia, para que quienes critican su buena conducta cristiana queden avergonzados de sus calumnias.

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