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1 Corintios 11:16-27 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

16. En cualquier caso, si alguno quiere seguir discutiendo sobre esto, sepa que no tenemos tal costumbre, ni la tienen las demás iglesias cristianas.

17. A propósito de estas recomendaciones, tampoco es como para felicitarlos el hecho de que las asambleas que ustedes celebran les ocasionen más perjuicio que provecho.

18. Para empezar, ha llegado a mis oídos que, cuando se reúnen en asamblea, los bandos están a la orden del día. Cosa, por cierto, nada increíble,

19. si se piensa que hasta es conveniente que existan divisiones entre ustedes, para que se manifieste quiénes son entre ustedes los verdaderos creyentes.

20. El caso es que en sus propias asambleas ya no es posible comer la Cena del Señor,

21. pues cada uno empieza comiendo la comida que ha llevado, y así resulta que mientras uno pasa hambre, otro está borracho.

22. ¿Pero es que no tienen sus casas para comer y beber? ¡Ya se ve que aprecian bien poco la asamblea cristiana y que no les importa poner en evidencia a los más pobres! ¿Qué esperan que les diga? ¿Acaso que los felicite? ¡Pues no es precisamente como para felicitarlos!

23. Por lo que a mí toca, les he transmitido una tradición que yo recibí del Señor; a saber: que Jesús, el Señor, la noche misma en que iba a ser entregado, tomó pan,

24. dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo que entrego por ustedes; hagan esto en memoria de mí».

25. Después de cenar, tomó igualmente la copa y dijo: «Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que beban de ella, háganlo en memoria de mí».

26. Y, de hecho, siempre que comen de este pan y beben de esta copa, están proclamando la muerte del Señor, en espera de que él venga.

27. Por lo mismo, quien come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, se hace culpable de haber profanado el cuerpo y la sangre del Señor.

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