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Zacarías 14:1-13 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

1. Llega, Jerusalén, el día del Señor en que serás repartida como botín.

2. Yo reuniré a todas las naciones para que ataquen a Jerusalén: la ciudad será conquistada, las casas saqueadas, las mujeres violadas y la mitad de la población será deportada; pero el resto del pueblo no será arrancado de la ciudad.

3. Saldrá entonces el Señor y entrará en combate contra esas naciones como combatió el día de la batalla.

4. Aquel día asentará sus pies sobre el monte de los Olivos, situado frente a Jerusalén, al oriente. Y el monte de los Olivos se partirá en dos, de este a oeste, formándose un gran valle: la mitad del monte se desplazará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.

5. Y ustedes escaparán por ese valle entre montañas, valle que llegará hasta Asal*; escaparán como cuando tembló la tierra en tiempos de Ozías, rey de Judá. Y el Señor, mi Dios, vendrá acompañado de todos los santos.

6. Aquel día no habrá luminarias, ni frío, ni hielo.

7. Será un día único, solo conocido por el Señor, en el que no se distinguirá el día de la noche, pues cuando tendría que anochecer, seguirá habiendo luz.

8. Aquel día manarán aguas vivas en Jerusalén; la mitad irán hacia el mar Oriental y la otra mitad hacia el mar Occidental; y correrán tanto en verano como en invierno.

9. Aquel día el Señor reinará sobre toda la tierra, será el único [Dios] y único será también su nombre.

10. Todo el país se transformará en llanura, desde Gueba hasta Rimón, al sur de Jerusalén. Se mantendrá en alto Jerusalén, y estará habitada desde la Puerta de Benjamín hasta el emplazamiento de la primitiva puerta y hasta la Puerta del Ángulo; y desde la Torre de Jananel hasta los lagares del rey.

11. Habitarán en Jerusalén sin que se la vuelva a consagrar al exterminio, y vivirán seguros en ella.

12. Y este será el castigo con que el Señor golpeará a todas las naciones que lucharon contra Jerusalén: hará que se pudran en vida, que se les pudran los ojos en sus cuencas y la lengua en su boca.

13. Aquel día el Señor hará que cunda entre ellos un pánico terrible hasta el punto de agarrarse unos a otros y enzarzarse en una pelea cuerpo a cuerpo.

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