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Malaquías 3:1-8 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

1. Miren, yo envío mi mensajero para que abra camino delante de mí. Luego el Señor a quien ustedes buscan vendrá súbitamente a su Templo. Vean cómo viene el mensajero de la alianza a quien ustedes desean —dice el Señor del universo—.

2. ¿Quién podrá soportar el día de su llegada? ¿Quién podrá mantenerse en pie el día en que aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los que lavan.

3. Será como un fundidor que refina la plata: purificará a los descendientes de Leví; los acrisolará como a oro y plata para que puedan presentar al Señor ofrendas legítimas.

4. Entonces la ofrenda de Judá y de Jerusalén agradará al Señor como sucedía antiguamente, en años ya remotos.

5. Así dice ahora el Señor del universo: Voy a entablar juicio contra ustedes y a testificar diligentemente contra los hechiceros, adúlteros o perjuros, contra los que defraudan al jornalero en su salario, contra los que oprimen a la viuda y al huérfano, o sojuzgan al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.

6. Yo, el Señor, no cambio, pero ustedes no han dejado de ser hijos de Jacob.

7. Desde los días de sus antecesores se apartaron de mis preceptos y continúan incumpliéndolos. ¡Vuélvanse a mí y yo me volveré hacia ustedes! —dice el Señor del universo—. Sin embargo, ustedes replican: «¿En qué hemos de cambiar?».

8. ¿Acaso es justo que una persona defraude al Señor como ustedes me están defraudando? De nuevo replican: «¿En qué te hemos defraudado?». ¡En los diezmos y en las ofrendas!

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