1. A ustedes, pues, sacerdotes se dirige esta amonestación:
2. Si no están atentos y no se proponen de corazón el honrar mi nombre —dice el Señor del universo—, enviaré maldición sobre ustedes y convertiré en maldición sus bendiciones. De hecho, ya he decidido convertirlas en maldición porque ninguno de ustedes toma en consideración este aviso.
3. Miren, he decidido apartarlos del sacerdocio* y echarles a la cara los excrementos de sus celebraciones religiosas, con los que también ustedes serán barridos.