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Levítico 21:8-18 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. Lo considerarás algo santo, pues él es quien ofrece el alimento para tu Dios. Considéralo santo porque yo, el Señor que los santifico, soy santo.

9. Si la hija de un sacerdote se dedica a la prostitución, deshonra a su padre y deberá ser quemada en la hoguera.

10. El sumo sacerdote, destacado entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras sagradas, no llevará el pelo suelto ni rasgadas sus ropas;

11. no entrará en contacto con ningún cadáver, y ni siquiera por su padre o por su madre se contaminará de impureza.

12. No saldrá del santuario para no profanar así el santuario de su Dios, pues ha sido consagrado por el aceite de la unción de su Dios. Yo soy el Señor.

13. Tomará por esposa a una mujer virgen;

14. en ningún caso a una viuda, repudiada, deshonrada o prostituta, sino a una mujer virgen de entre su pueblo.

15. De este modo no profanará su descendencia entre su pueblo; porque yo, el Señor, soy el que lo santifico.

16. El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

17. —Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus futuros descendientes que tenga algún defecto se acercará para ofrecer el alimento de su Dios.

18. Nadie con defecto podrá hacerlo: sea ciego, cojo o con los miembros deformes o atrofiados;

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