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Jueces 9:37-55 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

37. Gaal insistió:—No, sino que es gente que baja por la ladera del Ombligo de la Tierra*; y otro grupo viene por el camino de la encina de los Adivinos.

38. Zebul le dijo entonces:—¿Dónde está ahora lo que decías: «Quién es Abimélec para que le sirvamos?». ¿No es esa la gente que despreciabas? Sal, pues, ahora y hazles frente.

39. Gaal salió al mando de los señores de Siquén y presentó batalla a Abimélec.

40. Abimélec persiguió a Gaal, pero este se le escapó; y muchos cayeron muertos antes de alcanzar la puerta de la ciudad.

41. Abimélec se volvió a su residencia de Arumá; y Zebul expulsó a Gaal y a sus hermanos y no les dejó habitar en Siquén.

42. Al día siguiente la gente de Siquén salió al campo. Informado de ello, Abimélec

43. dividió su tropa en tres cuerpos y puso una emboscada en el campo. Cuando vio que la gente salía de la ciudad, cayó sobre ellos y los derrotó.

44. Abimélec, con la parte de la tropa que estaba con él, atacó y tomó posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad; los otros dos cuerpos de la tropa se lanzaron contra los que estaban en el campo y los derrotaron.

45. Abimélec estuvo el día entero atacando a la ciudad. Cuando se apoderó de ella, mató a la población, arrasó la ciudad y la sembró de sal.

46. Al saberlo, los señores de Torre de Siquén se refugiaron en la cripta del templo de El Berit.

47. Se comunicó a Abimélec que todos los señores de Torre de Siquén estaban refugiados en el mismo lugar.

48. Entonces Abimélec subió al monte Salmón con toda su tropa, cortó una rama de árbol con un hacha, se echó al hombro la rama y dijo a la tropa que lo acompañaba:—¡De prisa! Hagan lo que me ven hacer.

49. Todos sus hombres cortaron cada uno su rama; luego siguieron a Abimélec, pusieron las ramas encima de la cripta y prendieron fuego a la cripta con los señores de Siquén dentro. Así murieron también todos los habitantes de Torre de Siquén, unos mil entre hombres y mujeres.

50. Después marchó Abimélec contra Tebes, la asedió y la conquistó.

51. Había en medio de la ciudad una torre fortificada, y en ella se refugiaron todos los hombres y mujeres, y todos los señores de la ciudad. Cerraron por dentro y subieron a la terraza de la torre.

52. Abimélec llegó hasta la torre, la atacó y se acercó a la puerta de la torre para prenderle fuego.

53. Entonces una mujer le arrojó una muela de molino a la cabeza y le partió el cráneo.

54. Él llamó enseguida a su escudero y le dijo:—Saca tu espada y mátame. Para que no se diga de mí que una mujer me dio muerte.Su escudero lo atravesó con la espada, y murió.

55. Cuando la gente de Israel vio que Abimélec había muerto, se volvió cada uno a su casa.

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