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Jueces 16:7-19 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

7. Sansón le respondió:—Si me amarraran con siete cuerdas de arco todavía frescas y sin secar, perdería la fuerza y sería como un hombre cualquiera.

8. Los jefes* de los filisteos le llevaron a Dalila siete cuerdas de arco frescas, sin secar aún, y ella lo amarró con ellas.

9. Tenía ella hombres escondidos en la alcoba y le gritó:—¡Sansón! ¡Los filisteos!Rompió Sansón las cuerdas de arco como se rompe el hilo de estopa en cuanto lo toca el fuego. Y no se descubrió el secreto de su fuerza.

10. Entonces Dalila dijo a Sansón:—Te has reído de mí contándome una patraña; dime, por favor, con qué habría que amarrarte.

11. Respondió Sansón:—Si me amarraran fuertemente con cordeles nuevos sin usar, perdería la fuerza y sería como un hombre cualquiera.

12. Tomó Dalila unos cordeles nuevos, lo amarró con ellos y le gritó:—¡Sansón! ¡Los filisteos!Tenía ella hombres escondidos en la alcoba, pero él rompió los cordeles de sus brazos como si fueran un hilo.

13. Entonces Dalila dijo a Sansón:—Hasta ahora te has estado burlando de mí y solo me has contado patrañas. Dime de una vez con qué habría que amarrarte.Él le respondió:—Si entretejieras las siete trenzas de mi cabellera con cordel de tejer y las clavaras con la clavija del tejedor, perdería la fuerza y sería como un hombre cualquiera.

14. Esperó, pues, que Sansón se durmiera, le entretejió las siete trenzas de su cabellera con el cordel de tejer, las clavó con la clavija y le gritó:—¡Sansón! ¡Los filisteos!Él se despertó de su sueño y arrancó el cordel y la clavija. Y no se descubrió el secreto de su fuerza.

15. Dalila le dijo:—¿Cómo puedes decir: «Te amo», si tu corazón no es mío? Por tres veces te has reído de mí y no me has dicho en qué consiste esa fuerza tan enorme que tienes.

16. Como todos los días lo importunaba con sus palabras y lo tenía ya aburrido,

17. le abrió todo su corazón y le dijo:—La navaja no ha pasado nunca por mi cabeza, porque soy un consagrado a Dios desde el vientre de mi madre. Si me cortaran el pelo, mi fuerza se retiraría de mí, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.

18. Dalila comprendió que le había abierto todo su corazón, mandó llamar a los jefes de los filisteos y les dijo:—Vengan, que esta vez me ha abierto todo su corazón.Vinieron los jefes de los filisteos con el dinero para la mujer,

19. y esta adormeció a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre que le cortó las siete trenzas de su cabellera. Inmediatamente Sansón comenzó a debilitarse, y perdió su fuerza.

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