10. Uno solo de ustedes era capaz de perseguir a mil, porque el Señor mismo, su Dios, era quien peleaba en su lugar tal como les tenía prometido.
11. Procuren con todo empeño amar al Señor, su Dios: en ello les va la vida.
12. Pero si se apartan del Señor y se juntan con ese resto de naciones que aún queda entre ustedes, si emparentan con ellas y entran en tratos con ellas,
13. estén seguros de que el Señor, su Dios, no seguirá arrojando delante de ustedes a esos pueblos. Ellos serán para ustedes red, lazo, aguijón en sus costados y espina en sus ojos, hasta que desaparezcan de esta espléndida tierra que les ha dado el Señor, su Dios.
14. Miren que yo estoy ya próximo a morir. Reconozcan en lo más íntimo de su ser que ni una sola promesa ha fallado de todas las que el Señor su Dios les había hecho. Todas se han cumplido; ni una sola ha quedado sin cumplir.