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Isaías 37:24-38 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

24. Por medio de tus mensajeroshas insultado al Señor diciendo:«Gracias a mis carros numerososhe subido a las cumbres más altas,al corazón del Líbano;he talado sus cedros más esbeltos,sus más escogidos cipreses;me adentré en su lugar más oculto,en sus bosques más espesos.

25. Alumbré y bebí aguas extranjeras,sequé bajo la planta de mis piestodos los ríos de Egipto».

26. ¿Acaso no te has enteradode lo que tengo decidido hace tiempo?Lo he planeado desde antañoy ahora lo llevo a término;voy a reducir a montones de escombrostodas las ciudades fortificadas.

27. Sus habitantes, impotentes,espantados y humillados,son como hierba del campo,como césped de pastizal,como verdín de los tejados,como mies agostada antes de sazón.

28. Se bien si te levantas o te sientas,conozco tus idas y venidas;cuando te enfureces contra mí.

29. Puesto que ha llegado a mis oídostu furia y tu arrogancia contra mí,pondré mi garfio en tu narizy mi argolla en tu hocico,y te haré volver por el caminopor donde habías venido.

30. Y esto, Ezequías, te servirá de señal: este año comerán lo que retoñe; y el siguiente, lo que nazca sin sembrar. Pero el tercer año sembrarán y cosecharán; plantarán viñas y comerán sus frutos.

31. El resto superviviente de Judá volverá a echar raíces por abajo y a producir fruto por arriba,

32. pues un resto saldrá de Jerusalén y habrá supervivientes en el monte de Sión. El amor apasionado del Señor del universo lo cumplirá.

33. Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria:No entrará en esta ciudadni disparará flechas contra ella,no la cercará con escudosni la asaltará con rampas.

34. Volverá por donde vinoy no entrará en esta ciudad—oráculo del Señor—.

35. Protegeré a esta ciudad para salvarla,por mi honor y el de David, mi servidor.

36. El enviado del Señor irrumpió en el campamento asirio y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados; al levantarse los asirios por la mañana, no había más que cadáveres.

37. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, regresó a Nínive y se quedó allí.

38. Y un día, mientras estaba orando en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Saréser lo asesinaron y huyeron al país de Ararat. Su hijo Asaradón le sucedió como rey.

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