Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Génesis 42:19-35 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

19. Si son gente honrada, que se quede aquí preso uno de ustedes mientras los demás van a llevar algo de grano para calmar el hambre de sus familias.

20. Pero tienen que traerme luego a su hermano menor; así se demostrará que han dicho la verdad, y no morirán.Ellos aceptaron,

21. pero se decían unos a otros:—Ahora estamos pagando el mal que le hicimos a nuestro hermano, pues viendo cómo nos suplicaba con angustia, no tuvimos compasión de él. Por eso nos viene ahora esta desgracia.

22. Entonces habló Rubén:—Yo les advertí que no hicieran ningún daño al muchacho, pero no me hicieron caso, y ahora tenemos que pagar el precio de su muerte.

23. Como José les había hablado valiéndose de un intérprete, no sabían que él entendía todo lo que ellos decían.

24. Entonces José se retiró, porque no podía reprimir las lágrimas. Cuando estuvo en condiciones de hablarles nuevamente, tomó a Simeón y lo hizo encadenar delante de ellos.

25. Después ordenó que les llenaran los costales de grano, que devolvieran a cada uno su dinero poniéndolo dentro de cada costal, y que les dieran provisiones para el camino. Así se hizo.

26. Entonces ellos cargaron el grano sobre sus asnos y se fueron de allí.

27. Cuando se detuvieron para pasar la noche, uno de ellos abrió su costal para dar de comer a su asno y vio que su dinero estaba allí, en la boca del costal.

28. Entonces dijo a sus hermanos:—¡Me han devuelto el dinero! Miren, ¡aquí está en mi costal!Se les encogió el corazón del susto y se decían unos a otros temblando:—¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?

29. Al llegar adonde estaba su padre Jacob, en Canaán, le contaron todo lo que les había pasado:

30. —El hombre que gobierna aquel país nos trató con rudeza y nos acusó de estar espiando su país.

31. Pero nosotros le dijimos: «Somos gente honrada y no espías;

32. éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; uno ya no está con nosotros y el menor se ha quedado en Canaán con nuestro padre».

33. Pero aquel hombre, el señor del país, nos dijo: «Voy a comprobar si son gente honrada: dejen aquí conmigo a uno de sus hermanos mientras los demás llevan algo de grano para calmar el hambre de sus familias;

34. pero a la vuelta deberán traer a su hermano menor. Así sabré que no son espías, sino gente honrada; entonces les devolveré a su hermano y podrán comerciar en mi país».

35. Cuando vaciaron sus costales, se encontraron con que la bolsa de dinero de cada uno estaba allí. Esto hizo que ellos y su padre se llenaran de preocupación.

Leer capítulo completo Génesis 42