Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Génesis 35:2-13 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

2. Jacob dijo a su familia y a todos los que lo acompañaban:—Desháganse de todos los dioses extraños que tengan, purifíquense y cambien de ropa.

3. Luego subiremos a Betel donde erigiré un altar al Dios que me escuchó en el peligro y me acompañó en mi viaje.

4. Ellos entregaron a Jacob todos los dioses extraños que conservaban, así como los pendientes* que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró al pie de la encina que hay junto a Siquén.

5. Después emprendieron camino, y nadie persiguió a los hijos de Jacob, porque Dios hizo que el pánico cundiese entre las ciudades de alrededor.

6. Jacob, con toda la gente que lo acompañaba, llegó a Luz, es decir, a Betel, en la tierra de Canaán.

7. Erigió allí un altar y puso a aquel lugar el nombre de Betel, porque allí se le había aparecido Dios cuando huía de su hermano.

8. Por esos días murió Débora, la nodriza de Rebeca, y la enterraron más abajo de Betel, al pie de una encina a la que llamaron Encina del Llanto.

9. Al volver Jacob de Parán Aram, se le apareció de nuevo Dios y lo bendijo

10. diciendo:—Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás así. De ahora en adelante te llamarás Israel.Y lo llamó Israel.

11. Luego añadió:—Yo soy el Todopoderoso; sé fecundo y multiplícate. Un pueblo, una muchedumbre de naciones nacerá de ti y habrá reyes entre tus vástagos.

12. La tierra que les di a Abrahán y a Isaac, te la doy a ti y a tu descendencia.

13. Y Dios se marchó del lugar donde había hablado con él.

Leer capítulo completo Génesis 35