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Génesis 21:15-30 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

15. Cuando se acabó el agua del odre, dejó al niño bajo un arbusto,

16. se alejó y se sentó a solas a la distancia de un tiro de arco, pues no quería verle morir. Sentada a distancia* lloró amargamente.

17. Dios escuchó al niño llorar, y desde el cielo el mensajero de Dios llamó a Agar y le dijo:—¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño que está ahí.

18. ¡Anda, vete a donde está el muchacho y agárralo con fuerza de la mano, porque yo haré de él una gran nación!

19. Entonces Dios le abrió a Agar los ojos y vio un pozo de agua. Enseguida fue allá, llenó el odre y dio de beber al niño.

20. Dios protegió al niño, y este fue creciendo. Vivía en el desierto y era un buen tirador de arco;

21. habitó en el desierto de Parán y su madre lo casó con una mujer egipcia.

22. En aquel tiempo Abimélec, acompañado de Picol, jefe de su ejército, dijo a Abrahán:—Dios está contigo en todo lo que haces.

23. Por tanto, júrame por Dios, aquí mismo, que no me traicionarás ni a mí, ni a mis hijos, ni a mis parientes, sino que me tratarás a mí y al país que te ha acogido con la misma lealtad que yo te he mostrado.

24. Abrahán respondió:—Te lo juro.

25. Pero Abrahán llamó la atención a Abimélec por causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abimélec se habían apropiado por la fuerza.

26. Y Abimélec le dijo:—No tengo idea de quién pudo haber hecho esto. Yo no sabía nada de esto y tampoco tú me habías dicho nada.

27. Entonces Abrahán tomó algunas ovejas y vacas, se las dio a Abimélec y los dos hicieron una alianza.

28. Después Abrahán apartó siete corderas del rebaño,

29. por lo que Abimélec le preguntó:—¿Para qué has apartado estas siete corderas?

30. Abrahán le respondió:—Para que estas siete corderas que hoy te regalo sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo.

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