Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Ezequiel 20:27-41 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

27. Así pues, habla a los israelitas, hijo de hombre, y diles lo siguiente: Esto dice el Señor Dios: Hay otra cosa en la que sus antepasados me ultrajaron, siéndome infieles.

28. Los conduje a la tierra que juré solemnemente darles, pero, en cuanto vieron colinas elevadas y árboles frondosos, empezaron a ofrecer allí sus sacrificios, a presentar dones irritantes, a depositar ofrendas de aroma que aplaca y a hacer sus libaciones.

29. Entonces les pregunté: ¿Qué altozano es ese al que suelen ir? (Y se le dio el nombre de «altozano» hasta el día de hoy.)

30. Por eso, di a los israelitas: Esto dice el Señor Dios: Resulta que ustedes se contaminan siguiendo la conducta de sus antepasados y rinden culto a sus ídolos.

31. Presentan sus ofrendas y hacen pasar a sus hijos por el fuego; los han contaminado hasta hoy con sus ídolos, ¿y pretenden que me deje consultar por ustedes, pueblo de Israel? Lo juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios— que no pienso dejarme consultar por ustedes.

32. Jamás sucederá lo que se imaginan, cuando dicen: «Seremos como las naciones, como las tribus de otros países, que dan culto al leño y a la piedra».

33. Lo juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios— que reinaré sobre ustedes con mano firme, brazo invencible y cólera incontenible.

34. Los sacaré de entre los pueblos y, con mano firme, brazo invencible y cólera incontenible los reuniré de los países en que se dispersaron.

35. Los conduciré al desierto, fuera de los pueblos donde están, y allí entablaré un pleito con ustedes, cara a cara.

36. Del mismo modo que entablé un pleito con sus antepasados en el desierto de Egipto, así haré ahora con ustedes —oráculo del Señor Dios—.

37. Los haré pasar bajo el cayado y los someteré al vínculo de la alianza.

38. Separaré de ustedes a los rebeldes y sacaré del país donde residen a los que se han alzado contra mí, pero no entrarán en la tierra de Israel, y así reconocerán que yo soy el Señor.

39. En cuanto a ustedes, pueblo de Israel, esto dice el Señor Dios: Que cada cual vaya a servir a sus ídolos, pero juro que después me escucharán y no volverán a profanar mi santo nombre con sus ofrendas y sus ídolos.

40. Pues en mi monte santo, en el excelso monte de Israel —oráculo del Señor Dios—, me servirá el pueblo entero de Israel, todo el que habita en esta tierra. Allí los acogeré gustosamente, y allí buscaré sus ofrendas y las primicias de sus dones, siempre que me quieran consagrar algo.

41. Los acogeré gustosamente, como aroma que aplaca, cuando los saque de entre los pueblos y los reúna de los países por los que se dispersaron; y pondré de manifiesto mi santidad en ustedes, a la vista de las naciones.

Leer capítulo completo Ezequiel 20