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Éxodo 32:25-35 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

25. Se percató Moisés de que el pueblo estaba descontrolado, pues Aarón no le había puesto freno, y ahora el pueblo estaba expuesto a las burlas de sus enemigos.

26. Entonces Moisés se plantó en la puerta del campamento y gritó:—¡Que se pongan a mi lado los que están de parte del Señor!Y todos los levitas se le unieron.

27. Él les dijo:—Así ha dicho el Señor, el Dios de Israel: Que cada uno se ciña su espada al muslo, recorra el campamento y vaya de puerta en puerta matando a los culpables sin tener en cuenta si es su hermano, su amigo o su vecino.

28. Los levitas cumplieron la orden de Moisés y aquel día murieron unos tres mil hombres del pueblo.

29. Moisés les dijo:—Hoy el Señor los bendice y los constituye sus sacerdotes, pues lo han preferido a sus propios hijos y hermanos.

30. Al día siguiente Moisés dijo al pueblo:—Han cometido un pecado gravísimo; no obstante voy a subir adonde está el Señor, a ver si logro que los perdone.

31. Volvió Moisés adonde estaba el Señor, y le dijo:—Sin duda que este pueblo ha cometido un gran pecado al hacerse un dios de oro.

32. Pero te ruego que les perdones su pecado; si no lo haces, bórrame del libro donde nos tienes inscritos.

33. Pero el Señor le contestó:—Al que haya pecado contra mí, lo borraré del libro.

34. Tú lleva al pueblo al lugar que te dije. Mi ángel te irá guiando. Y llegado el momento les pediré cuentas por su pecado.

35. Y el Señor castigó al pueblo por haber adorado al becerro de oro fabricado por Aarón.

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