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Éxodo 32:17-26 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

17. Cuando Josué escuchó el griterío del pueblo, dijo a Moisés:—Se escuchan gritos de guerra en el campamento.

18. Y Moisés respondió:—No son gritos de victoria ni de derrota; lo que estoy oyendo son cantos festivos.

19. Cuando llegó Moisés al campamento y vio el becerro y las danzas, se enfureció y arrojó al pie del monte las losas que llevaba en sus manos, haciéndolas añicos.

20. Agarró el becerro que habían fabricado, lo arrojó al fuego y, una vez convertido en ceniza, lo disolvió en agua y obligó a los israelitas a que bebieran esa agua.

21. Y dijo a Aarón:—¿Se puede saber qué te hizo este pueblo para que le indujeras a cometer un acto tan aberrante?

22. Aarón respondió:—Señor mío, no te enfades contra mí; tú sabes que este pueblo es proclive al mal.

23. Me dijeron: «Haznos un dios que nos guíe, pues no sabemos qué le habrá pasado a ese Moisés, el hombre que nos sacó de Egipto».

24. Yo les contesté: «El que tenga oro, que se desprenda de él». Ellos me lo entregaron, yo lo eché al fuego ¡y salió este becerro!

25. Se percató Moisés de que el pueblo estaba descontrolado, pues Aarón no le había puesto freno, y ahora el pueblo estaba expuesto a las burlas de sus enemigos.

26. Entonces Moisés se plantó en la puerta del campamento y gritó:—¡Que se pongan a mi lado los que están de parte del Señor!Y todos los levitas se le unieron.

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