Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Éxodo 32:11-18 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

11. Entonces Moisés intentó aplacar el furor del Señor, su Dios, diciendo:—Señor, ¿por qué vas a descargar tu ira contra tu pueblo, el mismo en favor del que hiciste uso de tu gran fuerza y poder para sacarlo de Egipto?

12. ¿Acaso vas a permitir que los egipcios digan: «Con malos fines los sacó Dios; lo hizo para matarlos en las montañas y borrarlos de la faz de la tierra»? No te dejes llevar por la ira y renuncia al castigo que pensabas para tu pueblo.

13. Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac e Israel, a quienes hiciste solemne promesa diciendo: «Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo y daré a sus descendientes como herencia perpetua la tierra de la que les he hablado».

14. Entonces el Señor renunció a aplicar el castigo con que había amenazado a su pueblo.

15. Moisés se volvió y descendió del monte trayendo en sus manos las dos losas del testimonio. Estaban escritas por ambos lados, por delante y por detrás.

16. Las losas y la escritura que había grabada en ellas eran obra de Dios.

17. Cuando Josué escuchó el griterío del pueblo, dijo a Moisés:—Se escuchan gritos de guerra en el campamento.

18. Y Moisés respondió:—No son gritos de victoria ni de derrota; lo que estoy oyendo son cantos festivos.

Leer capítulo completo Éxodo 32