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Éxodo 14:12-26 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

12. ¿No te decíamos allí que nos dejaras en paz sirviendo a los egipcios, pues más nos valía ser esclavos suyos que morir en el desierto?

13. Y Moisés respondió al pueblo:—No tengan miedo; manténganse firmes y verán la victoria que el Señor les va a conceder hoy; a esos egipcios que ahora ven, les aseguro que no los verán nunca más.

14. El Señor luchará por ustedes que solo deben esperar en silencio.

15. Entonces el Señor dijo a Moisés:—¿A qué vienen esos gritos? Ordena a los israelitas que reanuden la marcha.

16. Y tú levanta tu vara y extiende la mano sobre el mar que se abrirá en dos para que los israelitas lo atraviesen pisando en seco.

17. Yo haré que los egipcios se empeñen en alcanzarlos y se metan en el mar detrás de ustedes. Entonces manifestaré mi poder sobre el faraón y todo su ejército, sobre sus carros y su caballería.

18. Y cuando me haya cubierto de gloria a costa del faraón, de sus carros y de su caballería, los egipcios tendrán que reconocer que yo soy el Señor.

19. El ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se situó en la retaguardia; y también la columna de nube que marchaba delante de ellos

20. se interpuso entre el ejército egipcio y los israelitas. La nube se oscureció dejando la noche lóbrega, de modo que no pudieron acercarse los unos a los otros.

21. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo que el mar se retirase valiéndose de un viento huracanado del este que sopló durante toda la noche y que dividió las aguas en dos, dejando seco el mar.

22. Los israelitas entraron en medio del mar, pisando en seco, mientras las aguas formaban una especie de muralla a ambos lados.

23. Los egipcios, persiguiéndolos, entraron en medio del mar con los caballos del faraón, sus carros y su caballería.

24. Poco antes de despuntar el alba, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y nube y lo desbarató.

25. Atascó las ruedas de los carros que a duras penas podían avanzar. Entonces los egipcios se dijeron:—Huyamos de los israelitas, porque el Señor lucha a su favor contra nosotros.

26. Pero el Señor dijo a Moisés:—Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas se precipiten sobre los egipcios, sus carros y su caballería.

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