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Deuteronomio 5:26-33 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

26. Pues ¿qué mortal existe, que habiendo oído la voz del Dios vivo hablándole desde el fuego, como la hemos oído nosotros, haya vivido para contarlo?

27. Por eso, acércate tú al Señor nuestro Dios, escucha todo lo que él te diga, y luego tú nos lo transmites. Nosotros lo escucharemos y lo obedeceremos».

28. El Señor los escuchó cuando me hablaban, y me dijo: He oído lo que te decía este pueblo, y me parece muy bien todo lo que han dicho.

29. ¡Ojalá conserven siempre esa actitud, respetándome y cumpliendo mis mandamientos todos los días, para que tanto ellos como sus hijos tengan siempre una vida dichosa!

30. Ahora ve a decirles que regresen a sus tiendas.

31. Pero tú quédate aquí conmigo, y te daré a conocer todos los estatutos, normas y decretos que deberás enseñarles, para que los observen en la tierra que les voy a dar en herencia.

32. Tengan, pues, cuidado de hacer lo que el Señor su Dios les ha mandado, sin desviarse a derecha ni a izquierda.

33. Vayan por el camino que el Señor su Dios les ha trazado: así serán dichosos y tendrán larga vida en la tierra de la que van a tomar posesión.

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