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Deuteronomio 3:17-27 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

17. además, hacia el oriente, la Arabá y el Jordán hacían de frontera, desde el lago Kinéret hasta el mar de la Arabá, que es el mar Muerto, al pie de las laderas del Pisga.

18. En aquel tiempo les ordené lo siguiente: «El Señor su Dios, les ha dado en posesión esta tierra. Ahora, pues, que todos los guerreros tomen sus armas y avancen al frente de sus hermanos israelitas.

19. Solo sus mujeres, sus niños y sus ganados —sé que sus ganados son abundantes— se quedarán en las ciudades que les he dado.

20. Y no regresarán a la heredad que les he dado hasta que el Señor, su Dios, no conceda también a sus hermanos el reposo, como ha hecho con ustedes, y tomen posesión, ellos también, de la tierra que el Señor les da al otro lado del Jordán».

21. Y a Josué también le hice esta advertencia: «Tú has visto con tus propios ojos todo lo que el Señor, su Dios, ha hecho con estos dos reyes. Pues lo mismo hará el Señor con el resto de los reinos por donde has de pasar.

22. No les tengan miedo, porque el Señor, su Dios, luchará a favor de ustedes».

23. Hice entonces al Señor esta súplica:

24. «Señor mi Dios, tú has comenzado a mostrar a este siervo tuyo tu grandeza y la fuerza de tu brazo, pues ¿qué Dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las hazañas y proezas que tú haces?

25. Déjame, te ruego, pasar a ver esa tierra fértil que está al otro lado del Jordán, esa hermosa montaña y el Líbano».

26. Pero por culpa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me concedió lo que le pedí, sino que me respondió: ¡Basta ya; no me hables más de este asunto!

27. Sube a la cima del Pisga* y extiende tu mirada hacia los cuatro puntos cardinales. Contempla lo que ves con tus ojos, porque tú no cruzarás el Jordán.

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