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Deuteronomio 2:14-31 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

14. Los años transcurridos desde que salimos de Cadés Barnea hasta que cruzamos el torrente de Záred fueron treinta y ocho. Para entonces todos los hombres de aquella generación aptos para la guerra habían muerto, tal como se lo había jurado el Señor.

15. El poder del Señor se hizo sentir en medio del campamento hasta que, finalmente, los eliminó por completo.

16. Cuando ya no quedó en el pueblo ningún hombre apto para la guerra —porque habían muerto—,

17. el Señor me dijo:

18. Hoy vas a cruzar por Ar la frontera de Moab

19. y vas a entrar en contacto con los amonitas, descendientes de Lot. No los ataques ni los incites a combatir, pues no te daré nada de su territorio; se lo he dado en posesión a los descendientes de Lot.

20. (También este era tenido por un territorio de refaítas, porque antiguamente ellos vivieron allí, si bien los amonitas los llamaban zonzonitas*.

21. Era un pueblo fuerte y numeroso, altos como los anaquitas; pero el Señor los aniquiló por medio de los amonitas que, apoderándose de su territorio, se instalaron en él.

22. De igual modo actuó el Señor con los descendientes de Esaú, que vivían en Seír: estos aniquilaron a los hurritas y se apoderaron de su territorio instalándose en él hasta el día de hoy.

23. En cuanto a los jeveos que vivían en las aldeas cercanas a Gaza, fueron aniquilados por los caftoritas, oriundos de Creta, que ocuparon su lugar).

24. Y ahora, reanuden la marcha y crucen el torrente Arnón. Te entrego al amorreo Sijón, rey de Jesbón, junto con su territorio. Declárale la guerra y lánzate a su conquista.

25. A partir de hoy comenzaré a infundir pavor y miedo hacia ti entre todas las naciones que hay debajo del cielo; cuando oigan hablar de ti, temblarán y se estremecerán.

26. Desde el desierto de Cademot envié embajadores a Sijón, rey de Jesbón, con esta propuesta de paz:

27. «Permíteme pasar por tu territorio; seguiré la ruta establecida sin desviarme a derecha ni a izquierda.

28. Te pagaré el agua que beba y los víveres que consuma. Solo te pido que me permitas cruzar tu territorio

29. como lo han hecho los descendientes de Esaú, que viven en Seír, y los moabitas de Ar, hasta que pasemos el Jordán y entremos en la tierra que el Señor nuestro Dios nos da».

30. Pero Sijón, rey de Jesbón, se negó a dejarnos cruzar por su territorio, porque el Señor tu Dios había ofuscado su espíritu y endurecido su corazón, a fin de convertirlo en súbdito tuyo, como lo es hasta el día de hoy.

31. Entonces el Señor me dijo: Estoy dispuesto a entregarte a Sijón y su territorio; comienza, pues, la conquista y apodérate de su territorio.

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