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Deuteronomio 11:1-18 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

1. Amarás al Señor tu Dios y cumplirás siempre todos sus mandamientos, sus estatutos, sus normas y preceptos.

2. Reconozcan hoy —me refiero a ustedes no a sus hijos que nada han visto ni experimentado— lo que les ha enseñado el Señor su Dios, su grandeza, su gran poder y destreza sin igual:

3. las señales y hazañas que realizó en Egipto contra el faraón, rey de Egipto y todo su país;

4. lo que hizo el Señor al ejército egipcio, con sus carros y caballos, cuando los perseguían y precipitó sobre ellos las aguas del mar Rojo, aniquilándolos para siempre;

5. lo que hizo por ustedes en el desierto hasta que llegaron a este lugar;

6. lo que hizo con Datán y Abirán, hijos de Eliab el rubenita, cuando, en presencia de todo Israel, la tierra abrió sus fauces y se los tragó con sus familias, sus tiendas, y todos los bienes que tenían.

7. Me dirijo, pues, a ustedes que han sido testigos de las grandes hazañas que ha hecho el Señor.

8. Cumplan todos los mandamientos que yo les prescribo hoy: solamente así serán lo suficientemente fuertes para conquistar la tierra a la que están a punto de entrar para tomarla en posesión.

9. Así prolongarán sus días en la tierra que el Señor juró dar a sus antepasados y a su descendencia, tierra que mana leche y miel.

10. La tierra a la que te diriges para tomar posesión de ella no es como la tierra de Egipto, de la que salieron; allí ustedes plantaban la semilla y tenían que regarla con la ayuda del pie, como se riegan las hortalizas del huerto.

11. La tierra a la que están a punto de entrar para tomar posesión de ella es un territorio de montes y valles regados por la lluvia del cielo;

12. es una tierra que está bajo el cuidado constante del Señor tu Dios, que no aparta sus ojos de ella en ningún momento del año.

13. Si cumplen escrupulosamente los mandamientos que yo les prescribo hoy, amando al Señor su Dios y adorándole con todo su corazón y con toda su alma,

14. yo haré* llegar la lluvia a su tierra cuando sea necesaria, en el otoño y en la primavera, para que puedas cosechar tu trigo, tu mosto y tu aceite;

15. haré también crecer en tu campo el pasto para tu ganado, y comerás hasta saciarte.

16. ¡Pero cuidado!, no se dejen seducir ni se aparten del Señor rindiendo culto a otros dioses y postrándose ante ellos,

17. porque entonces se encenderá la ira del Señor contra ustedes, cerrará los cielos y no caerá más lluvia; la tierra no dará más frutos y ustedes no tardarán en desaparecer de esa tierra fértil que les da el Señor.

18. Graben en su corazón y en su alma estas palabras; átenlas a su muñeca como un signo, pónganlas como una señal sobre su frente.

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