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Daniel 3:26-32 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

26. Entonces Nabucodonosor se arrimó más a la boca del horno ardiente y gritó:—Sadrac, Mesac y Abednegó, siervos del Dios Altísimo, salgan y vengan.Sadrac, Mesac y Abednegó salieron de en medio del fuego.

27. Los sátrapas, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se acercaron a examinar a aquellos hombres: las llamas no habían tocado sus cuerpos ni les habían chamuscado los cabellos; seguían con las túnicas intactas y ni siquiera olían a humo.

28. Nabucodonosor exclamó:—Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednegó, que ha enviado a su ángel para liberar a sus siervos. Ellos, confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron sus cuerpos a la muerte antes que dar culto y adorar a otro dios fuera del suyo.

29. Ordeno, pues, que toda persona, del pueblo, nación o lengua que sea, que hable mal del Dios de Sadrac, Mesac y Abednegó, sea cortado en pedazos y su casa convertida en basurero, pues no existe otro dios capaz de salvar como este.

30. Después el rey encomendó cargos de gobierno a Sadrac, Mesac y Abednegó en la provincia de Babilonia.

31. El rey Nabucodonosor, a la gente de todos los pueblos, naciones y lenguas de toda la tierra: ¡Que su paz aumente día a día!

32. Me complace hacerlos partícipes de las señales y prodigios que el Dios Altísimo ha tenido a bien hacer conmigo.

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