Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Daniel 3:24-28 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

24. Entonces el rey Nabucodonosor se quedó pasmado, se levantó de golpe y preguntó a sus consejeros:—¿No hemos arrojado a las llamas a tres hombres maniatados?Le respondieron:—Cierto, majestad.

25. El rey insistió:—Pues yo estoy viendo cuatro hombres que pasean desatados en medio del fuego, sin quemarse. ¡Y el cuarto tiene todo el aspecto de un hijo de los dioses!

26. Entonces Nabucodonosor se arrimó más a la boca del horno ardiente y gritó:—Sadrac, Mesac y Abednegó, siervos del Dios Altísimo, salgan y vengan.Sadrac, Mesac y Abednegó salieron de en medio del fuego.

27. Los sátrapas, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se acercaron a examinar a aquellos hombres: las llamas no habían tocado sus cuerpos ni les habían chamuscado los cabellos; seguían con las túnicas intactas y ni siquiera olían a humo.

28. Nabucodonosor exclamó:—Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednegó, que ha enviado a su ángel para liberar a sus siervos. Ellos, confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron sus cuerpos a la muerte antes que dar culto y adorar a otro dios fuera del suyo.

Leer capítulo completo Daniel 3