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2 Samuel 3:22-39 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

22. Los soldados de David venían con Joab de una expedición, trayendo consigo un gran botín. Abner ya no estaba con David en Hebrón, pues lo había despedido y se había marchado en paz.

23. Cuando llegaron Joab y la tropa que lo acompañaba, les contaron que Abner, el hijo de Ner, había venido a ver al rey y que este lo había despedido y le había dejado irse en paz.

24. Entonces Joab se presentó al rey y le dijo:—¿Qué has hecho? Resulta que Abner viene a ti, ¡y tú lo dejas marchar tan tranquilo!

25. ¿Acaso no sabes que Abner, el hijo de Ner, ha venido para engañarte, para espiar tus movimientos y para conocer todo lo que haces?

26. Cuando Joab salió de hablar con David, envió unos mensajeros tras Abner, que lo hicieron volver desde el pozo de Sirá, sin que David se enterara.

27. Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab se lo llevó aparte, junto a la puerta de la ciudad, como para hablar con él en privado, y allí mismo lo hirió en el vientre y lo mató para vengar a su hermano Asael.

28. Inmediatamente después, David se enteró y dijo:—¡Yo y mi reino somos inocentes ante el Señor y para siempre de la sangre de Abner, el hijo de Ner!

29. ¡Que la culpa recaiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda su familia! ¡Que nunca falten en su casa quienes padezcan flujos de sangre o lepra, quienes manejen el huso, quienes mueran a espada o carezcan de alimento!

30. Joab y su hermano Abisay habían matado a Abner, porque este les había matado a su hermano en la batalla de Gabaón.

31. David ordenó a Joab y a todos sus acompañantes:—Rásguense las vestiduras, vístanse con sacos y hagan duelo por Abner.El rey David iba detrás del féretro.

32. Cuando enterraron a Abner en Hebrón, el rey se puso a gritar y a llorar junto a la tumba de Abner, y también lloró todo el pueblo.

33. Entonces el rey entonó esta elegía por Abner:¿Tenías que morir, Abner,de una muerte tan infame?

34. Tus manos estaban libresy en tus pies no había cadenas.Caíste como quien caea manos de criminales.Y todo el pueblo siguió llorando por él.

35. Luego se allegaron a David para hacerle comer algo mientras aún fuese de día. Pero David hizo este juramento:—¡Que Dios me castigue, si antes de ponerse el sol pruebo pan o alguna otra cosa!

36. Cuando la gente se enteró, a todos les pareció bien, como todo lo que hacía el rey.

37. Y aquel día todo el pueblo y todo Israel quedaron convencidos de que el rey no había tenido nada que ver en el asesinato de Abner, el hijo de Ner.

38. El rey dijo a sus servidores:—Han de saber que hoy ha caído en Israel un gran jefe.

39. Yo hoy me siento débil, aunque sea el rey ungido, y esa gente, los hijos de Seruyá, son más fuertes que yo*. ¡Que el Señor les dé su merecido por su maldad!

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