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2 Samuel 24:11-25 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

11. A la mañana siguiente, cuando David se levantó, el Señor dirigió al profeta Gad, vidente de David, este mensaje:

12. —Ve a decir a David: «Esto dice el Señor: Te propongo tres castigos; elige uno de ellos y yo lo llevaré a cabo».

13. Gad fue a ver a David y le dijo:—¿Qué prefieres: siete años de hambre en tu territorio, tres meses de huida perseguido por tu adversario, o tres días de peste en tu territorio? Piénsatelo y decide qué debo responder a quien me ha enviado.

14. David respondió a Gad:—Me pones en un gran aprieto. Pero es preferible caer en manos de Dios, por su gran compasión, a caer en manos humanas.

15. El Señor envió la peste sobre Israel, desde aquella mañana hasta el plazo fijado, y desde Dan hasta Berseba* murieron setenta mil personas del pueblo.

16. Cuando el ángel extendía su mano para castigar a Jerusalén, el Señor se arrepintió del castigo y dijo al ángel que aniquilaba a la población:—¡Basta ya! ¡Retira tu mano!El ángel del Señor estaba junto a la era de Arauná, el jebuseo.

17. Cuando David vio al ángel exterminando a la población, dijo al Señor:—¡Soy yo el que he pecado, yo soy el culpable! ¿Qué ha hecho este rebaño? ¡Descarga tu mano contra mí y contra mi familia!

18. Aquel mismo día Gad se presentó a decir a David:—Sube a construir un altar al Señor en la era de Arauná, el jebuseo.

19. David fue a hacer lo que le había dicho Gad por orden del Señor.

20. Arauná se asomó y, cuando vio que el rey y sus servidores se dirigían hacia él, salió e hizo una reverencia al rey con su rostro hacia el suelo.

21. Luego Arauná preguntó:—¿A qué se debe la visita de mi señor, el rey, a su servidor?David le respondió:—Vengo a comprarte la era para construirle un altar al Señor, a ver si se aleja del pueblo esta plaga.

22. Arauná le dijo:—Que mi señor el rey tome y ofrezca lo que le parezca mejor. Ahí están los bueyes para el holocausto y las trillas y los yugos para el fuego.

23. Todo esto, majestad, se lo entrega Arauná al rey.Y añadió:—¡Que el Señor, tu Dios, te bendiga!

24. Pero el rey respondió a Arauná:—No. Quiero comprártela a su precio. No quiero ofrecer al Señor sacrificios de balde.Y David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.

25. Luego David construyó allí un altar al Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Entonces el Señor se compadeció del país y la plaga se alejó de Israel.

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