18. El rey contestó a la mujer:—Por favor, responde sinceramente a mi pregunta.La mujer dijo:—Habla, majestad.
19. El rey le preguntó:—¿No te ha metido Joab en todo este asunto?La mujer respondió:—¡Por tu vida! Su majestad ha acertado plenamente en lo que acaba de decir. Efectivamente ha sido tu siervo Joab quien me ha mandado y el que me ha sugerido todas mis intervenciones.
20. Tu siervo Joab ha actuado así para cambiar la actual situación, pero mi señor tiene la sabiduría de un enviado de Dios y conoce todo lo que sucede en el país.