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2 Reyes 9:19-32 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

19. El rey envió otro jinete que al llegar a ellos dijo:—El rey pregunta si traen buenas noticias.Jehú contestó:—A ti no te importa. Ponte detrás de mí.

20. El centinela volvió a informar:—Ha llegado hasta ellos, pero no vuelve. La manera de conducir es la de Jehú, el hijo de Nimsí, pues conduce a lo loco.

21. Entonces Jorán ordenó:—Engancha el carro.Engancharon su carro y Jorán, el rey de Israel, y Ocozías, el rey de Judá, salieron cada uno en su carro al encuentro de Jehú y se encontraron con él en la heredad de Nabot, el de Jezrael.

22. Cuando Jorán vio a Jehú le preguntó:—¿Traes buenas noticias, Jehú?Pero Jehú respondió:—¿Qué buenas noticias puede haber mientras tu madre, Jezabel, siga con sus prostituciones y sus brujerías?

23. Inmediatamente Jorán dio la vuelta para escapar, gritando a Ocozías:—¡Traición, Ocozías!

24. Pero Jehú disparó su arco e hirió a Jorán por la espalda. La flecha le atravesó el corazón y cayó desplomado en su carro.

25. Entonces Jehú ordenó a su asistente Bidcar:—Bájalo y tíralo en el campo de Nabot, el de Jezrael. Recuerda que cuando tú y yo cabalgábamos juntos con su padre Ajab, el Señor pronunció este oráculo contra él:

26. «Ayer vi la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos. Pues en este mismo campo te daré tu merecido —oráculo del Señor—». Así que, bájalo y arrójalo a la heredad de Nabot, como dijo el Señor.

27. Cuando Ocozías, el rey de Judá, vio lo que pasaba, salió huyendo en dirección a Ben Hagán. Pero Jehú lo persiguió y ordenó:—Mátenlo también a él.Lo hirieron sobre su carro en la cuesta de Gur, cerca de Jibleán; pero él logró huir hasta Meguido, donde murió.

28. Sus oficiales lo llevaron en carro a Jerusalén y lo enterraron con sus antepasados en la ciudad de David.

29. Jorán había comenzado a reinar en Judá el año undécimo de Jorán, el hijo de Ajab.

30. Jezabel se enteró de que Jehú llegaba a Jezrael. Entonces se pintó los ojos, se arregló el pelo y se asomó a la ventana.

31. Cuando Jehú entraba a la ciudad, Jezabel le dijo:—¿Cómo estás, Zimrí, asesino de su señor?

32. Jehú miró a la ventana y preguntó:—A ver, ¿quién está conmigo?Se asomaron dos o tres cortesanos

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