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2 Reyes 4:3-23 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

3. Eliseo le dijo:—Sal a pedir vasijas a todas tus vecinas, vasijas vacías en abundancia.

4. Cuando vuelvas, te encierras en casa con tus hijos, empiezas a echar aceite en todas esas vasijas y pones aparte las llenas.

5. La mujer se marchó y se encerró en casa con sus hijos. Ellos le acercaban las vasijas, y ella echaba el aceite.

6. Cuando llenó todas las vasijas, pidió a uno de sus hijos:—Acércame otra vasija.Pero él le dijo:—Ya no quedan más.Entonces se agotó el aceite.

7. La mujer fue a contárselo al profeta y este le dijo:—Ahora vende el aceite, paga a tu acreedor y con el resto podrán vivir tú y tus hijos.

8. Un día Eliseo pasó por Sunán y una mujer rica que vivía allí le insistió para que se quedase a comer. Desde entonces, cada vez que pasaba por allí, se detenía a comer.

9. La mujer dijo a su marido:—Mira, creo que ese que nos visita cada vez que pasa es un profeta santo.

10. Vamos a construirle en la terraza una habitación pequeña con una cama, una mesa, una silla y un candil, para que se aloje en ella cuando venga a visitarnos.

11. Un día que Eliseo llegó allí, subió a la terraza y se acostó en la habitación.

12. Luego dijo a su criado Guejazí:—Llama a esa sunamita.Él la llamó y cuando se presentó ante él,

13. Eliseo ordenó a su criado que le dijese:—Ya que te has tomado todas estas molestias por nosotros, dinos qué podemos hacer por ti. ¿Necesitas pedir algo al rey o al jefe del ejército?Pero ella respondió:—Vivo a gusto entre mi gente.

14. Eliseo insistió:—¿Qué podríamos hacer por ella?Entonces Guejazí sugirió:—No sé. No tiene hijos y su marido es viejo.

15. Eliseo dijo:—Llámala.La llamó y ella se quedó en la puerta.

16. Eliseo le dijo:—El año que viene por estas fechas estarás abrazando a un hijo.Ella respondió:—¡No, señor mío, hombre de Dios! ¡No engañes a tu servidora!

17. Pero la mujer quedó embarazada y dio a luz un hijo al año siguiente por aquellas fechas, tal como le había anunciado Eliseo.

18. El niño creció. Un día, en que salió a ver a su padre que estaba con los segadores,

19. le dijo:—¡Se me estalla la cabeza!El padre ordenó a un criado:—Llévaselo a su madre.

20. El criado lo llevó a su madre y ella lo tuvo sentado en su regazo hasta el mediodía. Pero el niño murió.

21. La mujer lo subió, lo acostó en la cama del profeta, cerró la puerta y salió.

22. Luego llamó a su marido y le dijo:—Mándame a un criado con una burra; quiero ir corriendo a ver al profeta y regresaré inmediatamente.

23. Él le preguntó:—¿Cómo es que vas a visitarlo hoy, si no es luna nueva ni sábado?Ella contestó:—No te preocupes.

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