21. La mujer lo subió, lo acostó en la cama del profeta, cerró la puerta y salió.
22. Luego llamó a su marido y le dijo:—Mándame a un criado con una burra; quiero ir corriendo a ver al profeta y regresaré inmediatamente.
23. Él le preguntó:—¿Cómo es que vas a visitarlo hoy, si no es luna nueva ni sábado?Ella contestó:—No te preocupes.
24. La mujer aparejó la burra y ordenó a su criado:—Llévame, camina y no me detengas hasta que yo te lo ordene.
25. Partió y llegó al monte Carmelo, donde estaba el profeta. Al verla de lejos, el profeta dijo a su criado Guejazí:—Por ahí viene la sunamita.