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1 Samuel 14:22-33 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

22. Cuando todos los israelitas que se habían escondido en los montes de Efraín se enteraron de la huida de los filisteos, se sumaron también a su persecución.

23. El Señor salvó aquel día a Israel y la batalla llegó hasta Bet-Avén.

24. Los israelitas terminaron aquel día agotados, pues no habían probado bocado. Y es que Saúl los había juramentado, diciendo:—¡Maldito el que coma algo antes de la tarde, hasta que yo me haya vengado de mis enemigos!

25. La tropa llegó a un bosque donde había miel por el suelo.

26. Cuando la gente entró en el bosque, vio destilar la miel, pero nadie llegó a probarla por respeto al juramento.

27. Jonatán, en cambio, no se había enterado del juramento que su padre había impuesto al pueblo. Así que alargó la vara que llevaba en la mano, mojó la punta en un panal de miel, se la llevó a la boca y se le iluminó el semblante.

28. Alguien de los presentes le comentó:—Tu padre ha juramentado al pueblo, maldiciendo al que coma algo hoy. Por eso la gente está agotada.

29. Jonatán le respondió:—Mi padre ha perjudicado al país. Observa cómo se me ha iluminado el semblante al probar solo un poco de miel.

30. A buen seguro que si la gente hubiera comido hoy del botín capturado al enemigo, la derrota de los filisteos habría sido mucho mayor.

31. Aquel día el pueblo derrotó a los filisteos desde Micmás hasta Ayalón, pero estaba completamente agotado.

32. Entonces la gente se lanzó sobre el botín, echaron mano a ovejas, vacas y terneros, los sacrificaron en el suelo y se comieron hasta la sangre.

33. Avisaron a Saúl:—La gente está ofendiendo al Señor, comiendo sangre*.Él contestó:—¡Están siendo infieles! Traigan hasta aquí ahora mismo una piedra grande.

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