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1 Reyes 8:58-66 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

58. Que oriente nuestros corazones hacia él, para que sigamos todos sus caminos y cumplamos todos los mandamientos, preceptos y decretos que dio a nuestros antepasados.

59. Que el Señor, nuestro Dios, tenga presentes noche y día estas súplicas que he dirigido al Señor y que haga justicia a su siervo y a su pueblo Israel, según las necesidades de cada día,

60. para que todos los pueblos de la tierra reconozcan que el Señor es Dios y que no hay otro.

61. Y que el corazón de ustedes pertenezca íntegramente al Señor, nuestro Dios, cumpliendo sus preceptos y guardando sus mandamientos, como en este día.

62. El rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios al Señor.

63. Salomón sacrificó veintidós mil toros y ciento veinte mil corderos, como sacrificio de comunión en honor del Señor. Así dedicaron el rey y todos los israelitas el Templo del Señor.

64. Aquel día el rey consagró el interior del atrio que hay delante del Templo del Señor, ofreciendo allí los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de comunión, pues el altar de bronce que hay delante del Señor era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de comunión.

65. En aquella ocasión Salomón y con él todo Israel, una gran asamblea venida desde el paso de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebraron la fiesta religiosa ante el Señor nuestro Dios durante siete días;

66. al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se marcharon a sus casas alegres y felices por todos los beneficios que el Señor había concedido a su siervo David y a su pueblo Israel.

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