Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

1 Reyes 3:4-13 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

4. El santuario principal estaba en Gabaón, y el rey fue allí a ofrecer mil víctimas en holocausto.

5. Por la noche el Señor se apareció allí en sueños a Salomón y le dijo:—Pídeme lo que quieras.

6. Salomón respondió:—Tú trataste a tu siervo, mi padre David, con especial favor, pues él actuó siempre ante ti con fidelidad, justicia y rectitud de corazón; además, le has mantenido ese especial favor dándole un hijo que hoy se sienta en su trono.

7. Efectivamente, Señor Dios mío, tú has hecho rey a este tu siervo, como sucesor de mi padre David, aunque soy muy joven e inexperto.

8. Tu siervo vive en medio del pueblo que elegiste, un pueblo tan numeroso, que no se puede contar ni calcular.

9. Dale a tu siervo un corazón atento para gobernar a tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién es capaz de gobernar a un pueblo tan importante como el tuyo?

10. Al Señor le agradó que Salomón le pidiera eso

11. y le dijo:—Ya que me has pedido eso y no me has pedido larga vida, riquezas o la muerte de tus enemigos, sino inteligencia para administrar justicia,

12. te concedo lo que me has pedido: un corazón sabio y prudente, como nadie lo ha tenido antes de ti ni lo tendrá después.

13. Y te concedo también lo que no has pedido: riquezas y fama tales como no las tendrá rey alguno mientras tú vivas.

Leer capítulo completo 1 Reyes 3