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1 Reyes 3:22-28 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

22. La otra mujer replicó:—¡No! Mi hijo es el vivo y el tuyo, el muerto.Pero la primera insistía:—¡No! Tu hijo es el muerto y el mío, el vivo.Y se pusieron a discutir delante del rey.

23. Entonces el rey dijo:—Una dice: «Mi hijo es este, el que está vivo, y el tuyo es el muerto». Y la otra replica: «No, tu hijo es el muerto y mi hijo, el vivo».

24. Y añadió:—Tráiganme una espada.Le llevaron una espada

25. y el rey ordenó:—Partan en dos al niño vivo y denle una mitad a una y la otra mitad a la otra.

26. Entonces la madre del niño vivo, profundamente angustiada por su hijo, suplicó al rey:—Majestad, denle a ella el niño vivo. ¡No lo maten!La otra, en cambio, decía:—¡Ni para ti ni para mí! ¡Que lo partan!

27. Entonces el rey sentenció:—Denle a aquella mujer el niño vivo y no lo maten, porque esa es su madre.

28. Al enterarse de la sentencia que había dictado el rey, todo Israel sintió respeto por él, pues comprendieron que estaba dotado de una sabiduría excepcional para hacer justicia.

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