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1 Reyes 20:8-18 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

8. Todos los ancianos y el pueblo le aconsejaron:—No le hagas caso ni aceptes sus exigencias.

9. Ajab dijo a los emisarios de Benadad:—Digan a su señor el rey, que haré todo lo que me ordenó la primera vez; pero que no puedo hacer esto otro.Los emisarios llevaron al rey la respuesta.

10. Entonces Benadad mandó a decir a Ajab:—¡Que los dioses me castiguen, si queda de Samaría polvo suficiente para darle un puñado a cada uno de mis seguidores!

11. Pero el rey de Israel respondió:—Díganle que no cante victoria antes de la batalla.

12. Benadad, que estaba bebiendo con los reyes en el campamento, dijo a sus soldados al escuchar esta respuesta:—¡Cada uno a su puesto!E inmediatamente tomaron posiciones frente a la ciudad.

13. Pero entonces un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel y le dijo:—Así dice el Señor: «¿Ves todo ese gran ejército? Pues te lo voy a entregar hoy mismo, para que reconozcas que yo soy el Señor».

14. Ajab preguntó:—¿Por medio de quién?El profeta respondió:—El Señor dice que por medio de los escuderos de los gobernadores de provincias.Ajab insistió:—¿Quién iniciará el ataque?Respondió:—Serás tú.

15. Ajab pasó revista a los escuderos de los gobernadores de provincias: eran doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el ejército israelita, que eran siete mil.

16. Al mediodía hicieron una salida, mientras Benadad seguía emborrachándose en el campamento con los treinta y dos reyes aliados.

17. Abrían la avanzadilla los escuderos de los gobernadores de provincias. Benadad pidió informes y le comunicaron:—Acaban de salir unos hombres de Samaría.

18. Benadad ordenó:—Si salen en son de paz, aprésenlos vivos; y si salen a atacar, también.

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