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1 Reyes 2:21-33 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

21. Ella le dijo:—Dale a tu hermano Adonías por esposa a Abisag la sunamita.

22. Pero el rey Salomón respondió a su madre:—¿Cómo es que me pides a Abisag, la sunamita, para Adonías? ¡Podías pedirme también la realeza para él*, puesto que es mi hermano mayor y tiene de su parte al sacerdote Abiatar y a Joab, el hijo de Seruyá!

23. Luego el rey Salomón juró por el Señor:—¡Que Dios me castigue, si a Adonías no le cuesta la vida haber hecho esa petición!

24. ¡Juro por el Señor, que me ha asentado firmemente en el trono de mi padre David y que me ha dado una dinastía, como había prometido, que hoy mismo morirá Adonías!

25. Entonces el rey Salomón envió a Benaías, el hijo de Joyadá, para que lo ejecutara, y Adonías murió.

26. En cuanto al sacerdote Abiatar, el rey le dijo:—¡Márchate a Anatot, a tus tierras! Estás condenado a muerte, pero hoy no voy a matarte, ya que llevaste el Arca del Señor Dios, delante de mi padre David y lo acompañaste en todas sus desgracias.

27. Y Salomón destituyó a Abiatar de su cargo de sacerdote del Señor, cumpliendo la sentencia que el Señor había pronunciado contra la casa de Elí en Siló.

28. Cuando le llegó la noticia a Joab, que había apoyado a Adonías, aunque no a Absalón, huyó al santuario del Señor y se refugió al amparo del altar.

29. Cuando informaron al rey Salomón de que Joab había huido a la Tienda del Señor y que estaba junto al altar, Salomón envió a decir a Joab:—¿Qué te pasa, que has huido al altar?Y Joab respondió:—Tuve miedo de ti y he huido junto al Señor.Entonces el rey Salomón envió a decir a Benaías, hijo de Joyadá:—Ve a matarlo.

30. Benaías llegó al santuario del Señor y le dijo:—El rey te ordena que salgas.Joab respondió:—No. Moriré aquí.Benaías volvió a transmitir al rey la respuesta de Joab

31. Entonces el rey le ordenó:—Haz lo que dice: mátalo y entiérralo. Así nos limpiarás a mí y a la familia de mi padre de la sangre inocente derramada por Joab

32. y el Señor le hará responsable de haber matado a dos hombres más justos y mejores que él: Abner, el hijo de Ner, capitán del ejército de Israel, y Amasá, el hijo de Jéter, capitán del ejército de Judá, a quienes asesinó sin que mi padre lo supiese.

33. ¡Que Joab y sus descendientes sean por siempre responsables de ambas muertes! ¡Y que la paz del Señor acompañe a David, a su descendencia y a su trono!

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