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1 Reyes 2:12-27 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

12. Salomón se sentó en el trono de su padre David y su reino quedó consolidado.

13. Adonías, el hijo de Jaguit, fue a ver a Betsabé, la madre de Salomón, y ella le preguntó:—¿Vienes en son de paz?Adonías respondió:—Sí.

14. Luego añadió:—Tengo algo que decirte.Ella le contestó:—Dilo.

15. Entonces Adonías dijo:—Tú sabes que la realeza me correspondía a mí y que todo Israel esperaba que yo fuera rey; pero las cosas se torcieron y la realeza fue a parar a mi hermano, porque el Señor se la había destinado.

16. Pues bien, ahora solo quiero pedirte un favor; no me lo niegues.Ella le respondió:—Habla.

17. Él le dijo:—Pídele al rey Salomón un favor, que él no te negará: que me dé por esposa a Abisag, la sunamita.

18. Betsabé le respondió.—Está bien. Yo hablaré al rey de tu parte.

19. Betsabé fue a ver al rey Salomón para hablarle de Adonías. El rey se levantó para recibirla y le hizo una reverencia. Luego se sentó en su trono y mandó poner otro trono para su madre. Ella se sentó a su derecha

20. y le dijo:—Quiero pedirte un pequeño favor que, espero, no me negarás.El rey le respondió:—Madre, pídelo, que no te lo negaré.

21. Ella le dijo:—Dale a tu hermano Adonías por esposa a Abisag la sunamita.

22. Pero el rey Salomón respondió a su madre:—¿Cómo es que me pides a Abisag, la sunamita, para Adonías? ¡Podías pedirme también la realeza para él*, puesto que es mi hermano mayor y tiene de su parte al sacerdote Abiatar y a Joab, el hijo de Seruyá!

23. Luego el rey Salomón juró por el Señor:—¡Que Dios me castigue, si a Adonías no le cuesta la vida haber hecho esa petición!

24. ¡Juro por el Señor, que me ha asentado firmemente en el trono de mi padre David y que me ha dado una dinastía, como había prometido, que hoy mismo morirá Adonías!

25. Entonces el rey Salomón envió a Benaías, el hijo de Joyadá, para que lo ejecutara, y Adonías murió.

26. En cuanto al sacerdote Abiatar, el rey le dijo:—¡Márchate a Anatot, a tus tierras! Estás condenado a muerte, pero hoy no voy a matarte, ya que llevaste el Arca del Señor Dios, delante de mi padre David y lo acompañaste en todas sus desgracias.

27. Y Salomón destituyó a Abiatar de su cargo de sacerdote del Señor, cumpliendo la sentencia que el Señor había pronunciado contra la casa de Elí en Siló.

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