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1 Reyes 13:30-33 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

30. Lo enterró en su propia sepultura y le cantaron la elegía «¡Ay, hermano mío!».

31. Después de enterrarlo, dijo a sus hijos:—Cuando yo muera, entiérrenme en la sepultura donde está enterrado el hombre de Dios y pongan mis huesos junto a los suyos;

32. porque inexorablemente se cumplirá la amenaza que lanzó, por orden del Señor, contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los montes que hay en las ciudades de Samaría.

33. Después de todo esto, Jeroboán no abandonó su mala conducta; al contrario, volvió a nombrar sacerdotes de los santuarios a gente del pueblo. A todo el que lo deseaba, lo consagraba sacerdote de los santuarios.

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