23. y lo anunciaron al rey:—Está aquí el profeta Natán.Natán se presentó ante el rey, le hizo una reverencia inclinando su rostro
24. y le dijo:—Majestad, ¿has decretado tú que Adonías te suceda como rey y se siente en tu trono?
25. Porque hoy ha ido a sacrificar toros, terneros cebados y corderos en cantidad, ha invitado a todos los hijos del rey, a los capitanes del ejército y al sacerdote Abiatar; ahora están comiendo y bebiendo con él mientras lo aclaman: «¡Viva el rey Adonías!».
26. Pero no me ha invitado a mí, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaías, el hijo de Joyadá, ni a tu siervo Salomón.
27. ¿Acaso mi señor, el rey, ha tomado tal decisión sin haber comunicado a sus servidores quién le sucedería en el trono?
28. El rey David ordenó:—Llamen a Betsabé.Betsabé se presentó al rey y se quedó de pie ante él.
29. Entonces David hizo este juramento:—¡Vive Dios que me ha salvado de todos los peligros!
30. Hoy mismo voy a cumplir lo que te juré ante el Señor, Dios de Israel, cuando te prometí que tu hijo Salomón me sucedería como rey y se sentaría en el trono en mi lugar.
31. Betsabé se inclinó rostro en tierra, hizo una reverencia al rey y dijo:—¡Viva siempre mi señor, el rey David!
32. Luego David ordenó:—Llámenme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías, el hijo de Joyadá.Ellos se presentaron ante el rey
33. y él les dijo:—Tomen con ustedes a los servidores reales, suban a Salomón en mi propia mula y llévenlo a Guijón.
34. Una vez allí, el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo consagrarán como rey de Israel. Entonces tocarán la trompeta y gritarán: «¡Viva el rey Salomón!».