Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

1 Reyes 1:20-30 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

20. Ahora, majestad, todo Israel está pendiente de ti y de que les anuncies quién va a suceder en el trono al rey, mi señor.

21. Pues, cuando el rey, mi señor, vaya a reunirse con sus padres, yo y mi hijo Salomón quedaremos como culpables.

22. Todavía estaba ella hablando con el rey, cuando llegó Natán

23. y lo anunciaron al rey:—Está aquí el profeta Natán.Natán se presentó ante el rey, le hizo una reverencia inclinando su rostro

24. y le dijo:—Majestad, ¿has decretado tú que Adonías te suceda como rey y se siente en tu trono?

25. Porque hoy ha ido a sacrificar toros, terneros cebados y corderos en cantidad, ha invitado a todos los hijos del rey, a los capitanes del ejército y al sacerdote Abiatar; ahora están comiendo y bebiendo con él mientras lo aclaman: «¡Viva el rey Adonías!».

26. Pero no me ha invitado a mí, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaías, el hijo de Joyadá, ni a tu siervo Salomón.

27. ¿Acaso mi señor, el rey, ha tomado tal decisión sin haber comunicado a sus servidores quién le sucedería en el trono?

28. El rey David ordenó:—Llamen a Betsabé.Betsabé se presentó al rey y se quedó de pie ante él.

29. Entonces David hizo este juramento:—¡Vive Dios que me ha salvado de todos los peligros!

30. Hoy mismo voy a cumplir lo que te juré ante el Señor, Dios de Israel, cuando te prometí que tu hijo Salomón me sucedería como rey y se sentaría en el trono en mi lugar.

Leer capítulo completo 1 Reyes 1