3. Si en seguida os fijáis en la que va bien vestida y le decís: «Tú, siéntate aquí en el lugar de honor», y a la otra, en cambio, le decís: «Tú, quédate ahí de pie» o «Siéntate en el suelo a mis pies»,
4. ¿no estáis actuando con parcialidad y convirtiéndoos en jueces con criterios perversos?
5. Escuchad, hermanos míos queridos: Dios ha elegido a los pobres del mundo, para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que prometió a los que lo aman.
6. ¡Pero vosotros despreciáis al pobre! Y, sin embargo, son los ricos los que os tiranizan y os arrastran ante los tribunales.
7. Son ellos los que deshonran el hermoso nombre [de Jesús], que fue invocado sobre vosotros.
8. Vuestra conducta será buena si cumplís la suprema ley de la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
9. Pero si os dejáis llevar de favoritismos, cometéis pecado y la ley os acusa como transgresores.
10. Porque, aunque observéis toda la ley, si quebrantáis un solo mandato, os hacéis culpables de todos,
11. ya que quien dijo: No cometas adulterio, dijo también: No mates. Si, pues, no cometes adulterio, pero matas, eres igualmente transgresor de la ley.
12. Así que hablad y actuad como quienes van a ser juzgados por una ley de libertad.
13. Y tened en cuenta que será juzgado sin compasión quien no practicó la compasión. La compasión, en cambio, saldrá triunfante del juicio.
14. ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, alardear de fe, si carece de obras? ¿Podrá salvarlo esa fe?