Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Romanos 8:7-9 La Palabra Versión Española (BLP)

7. Y es que el afán por satisfacer nuestros desordenados apetitos nos hace enemigos de Dios, a cuya ley ni nos sometemos ni tenemos siquiera posibilidad de hacerlo.

8. En definitiva, los que viven entregados a sus desordenados apetitos no pueden agradar a Dios.

9. Pero vosotros no vivís entregados a esos apetitos, sino al Espíritu, ya que el Espíritu de Dios mora en vosotros. El que carece del Espíritu de Cristo, no pertenece a Cristo.

Leer capítulo completo Romanos 8