5. ¿Qué es más fácil? ¿Decir: «Tus pecados quedan perdonados», o decir: «Levántate y anda»?
6. Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene autoridad en este mundo para perdonar pecados.Se volvió entonces al paralítico y le dijo:— Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa.
7. Y él se levantó y se fue a su casa.
8. Los que estaban allí presentes quedaron sobrecogidos al ver esto, y alabaron a Dios, porque había dado tal autoridad a los humanos.
9. Jesús continuó su camino. Al pasar vio a un hombre llamado Mateo* que estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos, y le dijo:— Sígueme.Mateo se levantó y lo siguió.