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Mateo 9:17-27 La Palabra Versión Española (BLP)

17. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres se revientan, se derrama el vino y se pierden los odres. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos, para que ambas cosas se conserven.

18. Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se le acercó un dignatario que, arrodillándose delante de él, le dijo:— Mi hija acaba de morir; pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, volverá a vivir.

19. Jesús se levantó y, seguido de sus discípulos, fue con él.

20. En esto, una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años, se acercó por detrás a Jesús y tocó el borde de su manto,

21. pues pensaba para sí misma: «Con solo tocar su manto, me curaré».

22. Pero Jesús se volvió y, al verla, le dijo:— Ánimo, hija, tu fe te ha salvado.Y en aquel mismo instante la mujer recuperó la salud.

23. Cuando Jesús llegó a casa del dignatario y vio a los flautistas y a la gente que se lamentaba, dijo:

24. —Salid de aquí. La muchacha no está muerta; está dormida.Al oír esto, todos se rieron de Jesús;

25. pero él, después que salió la gente, pasó adentro, tomó a la muchacha por la mano y ella se levantó.

26. Y la noticia de este suceso se extendió por toda aquella región.

27. Al salir Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que suplicaban a voces:— ¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

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