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Mateo 22:24-39 La Palabra Versión Española (BLP)

24. —Maestro, Moisés mandó: Si un hombre casado muere sin haber tenido hijos, su hermano deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano difunto.

25. Pues bien, entre nosotros hubo una vez siete hermanos; el primero de ellos, que estaba casado, murió sin haber tenido descendencia, por lo cual su viuda se casó con el hermano siguiente.

26. Pero lo mismo le sucedió al segundo, y luego al tercero, y así hasta los siete.

27. La última en morir fue la mujer.

28. Así pues, en la resurrección, ¿de cuál de los siete hermanos será esposa, si todos estuvieron casados con ella?

29. Jesús les contestó:— Estáis muy equivocados, porque ni conocéis las Escrituras ni tenéis idea del poder de Dios.

30. En la resurrección ya no habrá matrimonios, sino que todos serán como los ángeles que están en el cielo.

31. En cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído que Dios os dijo:

32. Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Pues bien, él es Dios de vivos y no de muertos.

33. Escuchando a Jesús, la gente se quedaba admirada de su enseñanza.

34. Cuando los fariseos oyeron que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en torno a él

35. y uno de ellos, doctor en la ley, le preguntó con intención de tenderle una trampa:

36. —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?

37. Jesús le contestó:— Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia.

38. Este es el primer mandamiento y el más importante.

39. Pero hay un segundo mandamiento que es parecido a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

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