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Mateo 20:17-31 La Palabra Versión Española (BLP)

17. Cuando Jesús iba de camino subiendo hacia Jerusalén, llamó aparte a los doce discípulos y les dijo:

18. —Ya veis que estamos subiendo a Jerusalén. Allí el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley que lo condenarán a muerte;

19. luego lo pondrán en manos de extranjeros para que se burlen de él, lo golpeen y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará.

20. Por entonces se presentó a Jesús la madre de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, y se puso de rodillas con intención de pedirle algo.

21. Jesús le preguntó:— ¿Qué es lo que deseas?Ella dijo:— Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

22. Jesús respondió:— No sabéis lo que estáis pidiendo. ¿Podéis beber vosotros la misma copa de amargura que yo estoy a punto de beber?Ellos le contestaron:— ¡Sí, podemos beberla!

23. Jesús les dijo:— Pues bien, beberéis mi copa de amargura; pero el que os sentéis el uno a mi derecha y el otro a mi izquierda, no es cosa mía concederlo; eso es para quienes mi Padre lo ha reservado.

24. Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se sintieron muy molestos con los dos hermanos.

25. Pero Jesús los reunió y les dijo:— Como muy bien sabéis, los que gobiernan las naciones las someten a su dominio, y los poderosos las rigen despóticamente.

26. Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás;

27. y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos.

28. De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos*.

29. Cuando salían de Jericó, una multitud acompañaba a Jesús.

30. En esto, dos ciegos* que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba por allí, se pusieron a gritar:— ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!

31. La gente les decía que se callaran, pero ellos gritaban cada vez más:— ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!

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